El Plan de Acción de Energía Sostenible diseña una planta de biomasa para abastecer de electricidad al municipio e incluso vender la excedentaria. La Almoraima debe dar el visto bueno a la cesión de sueloCastellar de la Frontera quiere ganar por goleada al cambio climático.
El municipio aspira a reducir en un 36,95% sus emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) de aquí a 2020 con la aplicación del Plan de Acción de Energía Sostenible (PAES) promovido por la Diputación y la Junta de Andalucía. La entidad provincial se ha encargado de la redacción de una docena de estudios para otros tantos municipios de la provincia con el fin de atajar la huella de carbono que generan tanto los ciudadanos como las administraciones en su quehacer diario. En suma, atajar la generación del principal causante del calentamiento global.
En Castellar la propuesta estrella pasa por la construcción de una planta de biomasa de hasta cinco megavatios para generar energía eléctrica. Una iniciativa que, de salir adelante, daría un vuelco a la gestión energética del municipio pasando de ser consumidor a productor y sin generar CO2. Algo no especialmente difícil debido a la reducida población chisparrera: 3.175 habitantes en 2010 (según el INE).
Los PAES establecen las pautas para disminuir la emisión de dióxido de carbono en un horizonte temporal a ocho años. La movilidad de cada municipio; la eficiencia energética; la adopción de energías renovables o el consumo responsable del agua y la ordenación del territorio junto con la gestión de los residuos urbanos son algunos de los ámbitos analizados por los técnicos para ofrecer soluciones específicas a cada localidad. Esta estrategia se enmarca en el Pacto de Alcaldes que impulsa la Unión Europea. Así mismo, la financiación de las medidas se prevé a través de fondos propios, regionales, estatales y europeos.
Los técnicos han encontrado en la biomasa la opción perfecta para ser aplicada en Castellar. Un tipo de energía renovable que se abastece de materia biológica que, generalmente combustionada, genera energía y a la vez supone dar salida a los residuos de brozas, podas y limpiezas forestales. Es aquí donde entra en acción la finca estatal La Almoraima, lugar previsto para la construcción de la instalación, según explica el alcalde, Juan Casanova. "El Ayuntamiento juega un papel de promotor-mediador con los empresarios interesados. Ya tenemos incluso ofertas. La Almoraima puede participar cediendo un espacio en alquiler y vendiendo la materia biológica combustible de sus podas y talas, e incluso siendo socio del proyecto", detalla el alcalde. Sería un ciclo perfecto con beneficios para todas las partes: La Almoraima daría una salida ecológica a la ingente cantidad de poda que genera el mayor latifundio de España y éstos generarían energía eléctrica limpia (y beneficios). Además, de entrar en el accionariado, obtendría ganancias en proporción a su participación. En estos momentos, según Casanova, La Almoraima estudia la propuesta cuya viabilidad debe ser debatida por el consejo de administración.
El PAES de Castellar diseña la construcción de una planta de biomasa con 2 megavatios de potencia a través de una inversión de 4 millones de euros. Daría energía para 3.400 hogares (en Castellar apenas se llega al millar). Sin embargo, el volumen de residuos forestales que genera La Almoraima daría incluso para aumentar su capacidad de generación hasta los 5 megavatios, el equivalente al consumo de 8.500 hogares. La inversión necesaria también subiría hasta los 14 millones de euros. "Seríamos productores de energía a la red. Si La Almoraima da el visto bueno, podría estar en marcha para principios del año 2014 si no hay impedimentos y generar un centenar de empleos", apostilla el regidor castellarense.
El alcalde también señala que cuando los técnicos comenzaron a realizar el estudio sobre el municipio, también vieron en La Almoraima la posibilidad de instalar una planta de reciclaje de metales. "La idea sería diversificar la actividad de La Almoriama desde las actividades primarias a una industria, verde, por supuesto", incide.
Todo ello con el fin de hacer frente al consumo energético que los auditores cifran en 63,2 megavatios al año entre viviendas, edificios públicos y vehículos. El documento establece una batería de medidas transversal con el fin de que el objetivo sea logrado con pequeños esfuerzos colectivos. "Es un acto de fe y una apuesta al cien por cien. Apostar por la sostenibilidad en el municipio significa ahorro y concienciación. En el caso de Castellar, podemos lograr que el municipio sea sostenible y autosuficiente desde el punto de vista energético con el fin de dejar lo mejor para las generaciones venideras", concluye Casanova, quien aspira a ser el primer alcalde verde de la comarca.
Castellar quiere ser aún más verde
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