• 1 Slide Portada
  • 3 Slide Portada
  • 2 Slide Portada
  • 4 Slide Portada
  • 5 Slide Portada
  • 8 Slide Portada
  • 6 Slide Portada
  • 7 Slide Portada
  • 9 Slide Portada
  • 10 Slide Portada
Los Pozos de Majarambú se convirtió el pasado domingo en un lugar de convivencia y confraternización tras una semana de noticias relacionadas con esta finca. Estos terrenos de 245 hectáreas iban a ser subastados por la Junta junto a otras fincas de Andalucía, sin embargo, las protestas del pueblo, encabezadas por su alcalde, Juan Casanova, han hecho posible que se respete el convenio marco de 2007, por el que el Ayuntamiento puede gestionar estos terrenos e iniciar un proyecto de agricultura ecológica.

Precisamente, este plan fue el motivo de conversación durante la jornada de convivencia en la finca, a la que asistieron un gran número de vecinos y colectivos con el primer edil a la cabeza.

El día de campo estuvo marcado por el buen ambiente y la comida. Una gran paella, viandas y bebidas fue la comida que prepararon y llevaron los chisparreros. El primer edil valoró la decisión de la Junta sobre esta finca como una reivindicación justa, en la que se concede al Consistorio la oportunidad para explotar la finca de una forma sostenible. Juan Casanova añadió que no existe fecha para entregar el proyecto, si bien desde la Consejería de Medio Ambiente se aconseja entregarlo lo antes posible.

El regidor castellarense apuntó que existen problemas técnicos referidos a las infraestructuras. Marajambú es una finca de secano, por lo que será importante contar con canalizaciones de agua, al igual que con tendidos eléctricos para los invernaderos. "Es un proyecto global de turismo agroecológico", apuntó Casanova, quien aseguró que está teniendo gran acogida entre los agricultores, algunos de ellos incluso han iniciado el proceso para pasar sus campos a la agricultura ecológica.

Ecologistas de la asociación Agaden también asistieron a esta convivencia. El portavoz del colectivo, Quico Rebolledo destacó que la reivindicación de la finca no ha terminado sino que empieza ahora. "Desde el punto de vista medioambiental, preferimos que la finca sea explotada de forma sostenible en lugar de convertirse en un campo de golf", añadió.