Castellar de la Frontera ha rendido hoy homenaje al que fuera su párroco durante los primeros años del Pueblo Nuevo, en los setenta, el Padre Francisco García, actualmente párroco del Hospital Punta Europa. La Corporación municipal presidida por el alcalde, Adrián Vaca, y el invitado párroco actual de la localidad, José Manuel Roldán, han acompañado al Padre Paco en el descubrimiento de la Placa que, a partir de hoy, recordará su paso por el municipio en los accesos a la casa parroquial del Santísimo Cristo de la Almoraima.
El alcalde de Castellar de la Frontera, ha recordado cómo en febrero de 1996 se le reconoció como Hijo Adoptivo de Castellar de la Frontera. Asimismo ha recogido las vivencias que aquí compartió con los vecinos durante sus años de servicio en esta localidad. Vaca ha agradecido en nombre del municipio, su legado y su entrega por esta comunidad, en un época en la que la casa parroquial era el lugar de encuentro de los jóvenes chisparreros.
EL CRISTO DE LA ALMORAIMA, PATRIMONIO DE LOS CHISPARREROS
"Aquel día se quemaron todos los potajes en el pueblo", comentaba con humor y mucha emoción el cura Paco en su intervención, recordando cómo el 4 de mayo de 1973, consiguió que Casilda la heredera de la Casa Medinaceli, le regalara la talla del Cristo de la Almoraima cuando la casa ducal vendió la finca, a petición del Padre Paco. Casi paralizado por las lágrimas, el Padre Paco ha contado cómo cogió el micrófono y los altavoces de la Iglesia mientras repicaban de gloria las campanas, para gritar a todo el mundo: ¡El Cristo es nuestro, Viva el Cristo de la Almoraima!. De ahí el hecho que todo el pueblo saliera a la calle a festejar, olvidando los fogones y agradeciendo al Padre Francisco lo que había conseguido para este municipio, que hoy vuelve a rendirle homenaje por sus logros.