Mañana a las 21.00 horas se estrenará el espectáculo benéfico que ha reunido desinteresadamente alrededor del matrimonio Cann a más de 60 personas que colaboran en la puesta en escena de este cuento de Charles Perrault adaptado a un género popular.

Aparte de los actores, entre bambalinas, en el bar, en la taquilla, en vestuarios y camerinos, se mueven sin más compensación que la propia de colaborar, más de 20 personas: cuerpo técnico con artificieros, técnicos de luces, de sonido, tramoyistas y regidores por un lado y, por otro, encargadas de vestuarios, niñeras, maquilladoras, peluqueras, acomodadores y camareros, que hacen que la coordinación sea tan fundamental como complicada en un estreno de estas características.

El director de la obra, Ian Cann, aconseja al espectador que acuda al cine de Castellar este fin de semana que debe de dejar a un lado cualquier criterio establecido a la hora de valorar una obra de teatro y que se prepare para disfrutar de la torpeza de sus actores, la simpatía de los más pequeños y las sorpresas de una obra de dos horas de duración con la que seguro, no se quedan indiferentes.

Los fondos irán destinados a la Parroquia de Castellar y al sufragio del unas obras con las que han eliminado humedades y goteras que afectaban directamente a la imagen histórica artística del Cristo de la Almoraima.