
Uno a uno entregaron sus cartas y prometieron seguir portándose bien para contar con el beneplácito de los repartidores de la mejor ilusión del año para la mayoría de ellos.
La siguiente cita será ya el esperado 5 de enero, cuando los pequeños castellarenses, ahuyentarán con el ruido de sus latas al gigante Botafuegos, que habita en el Estrecho, para que no entorpezca el paso de la Cabalgata de Juguetes y camellos, que, desde Oriente y a través del continente africano, llegará a nuestro pueblo como todos los años.