Ramón González León, nace el día 11 de abril de 1951 en la  Estación de San Roque. Fue el tercero de seis hermanos. De familia humilde y muy trabajadora, resalta la gran labor desarrollada por sus progenitores, Juan y Ana, a los que les tocó vivir una época difícil, donde como al igual que la mayoría de las familias tuvieron que salir adelante en una época tan precaria.

Pronto se trasladaron a aquella Barriada de la Almoraima, de chozos y chaparros.

Siendo aún muy joven, comenzó a trabajar junto a su padre en el Patio de Corcho y en el mantenimiento de la Casa Convento.

 

No obstante su trayectoria laboral empezó con 19 años, cuando cargado de ilusiones y con muy poco recursos económicos, según nos relata, emigró a Bilbao para trabajar en los Astilleros de Euskalduna, donde especializó en el oficio de soldador profesional.

 

A su regreso, transcurrido cinco años, contrajo matrimonio con su novia Paqui y un año después, en 1977, decidió a sus 26 años, junto a su mujer, crear un pequeño negocio, al que llamaron “La Ferretería”, donde vendían entre otras cosas: mesas, sillas de nea, arados y el que era el artículo estrella del negocio: la cal viva, que tantas casas de su Castellar blanqueó.

 

Tras las dificultades económicas que se le vinieron planteando durante el primer año, decide junto con otro amigo,  asociarse al objeto de abrir las puertas de aquella famosa discoteca “Casanova”, en la que tanto buenos momentos disfrutamos  los vecinos de Castellar.

 

Los años han ido transcurriendo, unos buenos y otros no tanto, pero Ramón junto a su familia, siempre han estado a pié de cañón.

 

Tras 34 largos años de lucha, mirando atrás, Ramón quiere resaltar la felicidad que le produce el ver a sus tres hijos con un porvenir labrado. Se siente a nivel general satisfecho por todo lo que esta vida le ha ofrecido y muy ilusionado por seguir trabajando día a día en su ferretería, en su negocio, la tienda de “encá Ramón”