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La dehesa “La Boyal” es una finca rústica que actualmente pertenece al Común de Vecinos de Castellar. Su gestión es llevada a cabo por el Ayuntamiento conjuntamente con la Junta Rectora, representada por la Asamblea General de Vecinos.
La finca tiene una extensión de 526 hectáreas. Comprenden las parcelas de El Baldío, Las Lomillas, Malabrigo, Cerro de La Luz, La Moheda y Haza de Los Cahujones.
La propiedad de esta Dehesa ha sido tema de largos litigios a lo largo de la historia entre los vecinos y los Señores dueños de los terrenos de Castellar de la Frontera.
A través de la realización de gestiones con Ruiz Mateos, por aquel entonces dueño de la finca la Almoraima, el por entonces secretario general del PSOE consiguió que la dehesa retornase a manos de los vecinos de Castellar
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UN LITIGIO ATRAPADO ENTRE SIGLOS
Después de varios siglos de dominio musulmán, Castellar de la Frontera es conquistada en 1434 por Don Juan Arias de Saavedra, primer alcaide y Señor de la villa de Castellar, y todo su término municipal.
Con la intención de atraer a más pobladores a la villa, Don Juan Arias de Saavedra repartió a sus vasallos unas tierras que rodeaban a la fortaleza llamada “Echo de la Villa” o “Dehesa de La Boyal”, con el fin de que las trabajaran y repartieran entre ellos sus frutos.
Con el paso del tiempo, estas tierras se agotaron y su producción era escasa, por lo que, en el año 1549, los ciudadanos solicitaron y consiguieron el cambio de éstas por otras situadas en el mismo término municipal denominadas Dehesa de “Majarazambús”. No obstante, treinta años después se solicita nuevamente el regreso a la antigua Dehesa “La Boyal”, ya que la de “Majarazambús” era poco rentable y además se encontraba lejos de la villa. Era por entonces el año 1549.
No obstante, los vecinos nunca han cesado en el empeño de luchar y pedir lo que siempre han entendido que era de ellos.
El último contencioso entre vecinos y propietarios de estos terrenos se remonta a 1973.
En este año, la empresa La Almoraima incluyó dentro de su coto la Dehesa “La Boyal”, impidiendo la caza a los vecinos en unas tierras donde venían ejerciéndola desde hace siglos. Los propietarios de La Almoraima ignoraron y no respetaron los derechos que los vecinos habían tenido hasta ahora. Esto llevó a que las autoridades municipales, junto al pueblo, se movilizaran y decidieran actuar para reivindicar de nuevo lo que era de los castellarenses. Como consecuencia de ello, se inició un pleito contra La Almoraima para la recuperación de la Dehesa.
A pesar de la existencia de esta Escritura de Concordia, la potestad sobre estas tierras va a sufrir variaciones a lo largo de la historia, alternándose períodos en el que el Señor era el propietario, y otros en los que el pueblo era el poseedor del derecho sobre “La Boyal”.